viernes, 31 de julio de 2009

En el automercado...

Me tocaba ir al automercado, era algo ineludible e inaplazable. La verdad es que habría preferido que me torturaran una semana haciéndome escuchar la discografía completa de Franco de Vita (incluyendo algún tema donde colaboran Chino y Nacho), pero no, me tocaba ir al automercado.

Me dirigí directamente a la charcutería de aquel lugar espantoso, pues no es un supermercado normal, sino uno que sufre de enanismo: en escasos metros cuadrados se concentra la frutería, charcutería, carnicería y la venta de otros productos. Me puse a hacer la fila y observé con satisfacción que delante de mí sólo había una pareja, donde el hombre se dedicaba a pedir apenas un par de cosas.

Como siempre, mi entusiasmo duró poco. La mujer que estaba allí, resultó que no andaba con el caballero, sino que haría una compra propia. Ella era una de esas personas que ya yo he contado cuánto detesto. Miraba un embutido y preguntaba al empleado (con una voz chillona que me angustiaba): Ayyyyy, ¿qué es eso?. El charcutero le respondía y ella pedía que le pusiera "un poquito de eso" (¿cuánto es un poquito? ¿qué clase de persona utiliza esa medida?). El empleado obedecía y ella continuaba: Ayyy, ¿eso otro qué es? Así siguió un buen rato.

Justo cuando yo pensaba que la tarada había terminado, miro que al lado suyo hay un taburete. También noto que se aproxima un anciano como de 200 años y se sienta allí. Por un momento pensé que el don era el padre de la demente, una vez más me equivocaba... él también haría una compra.

Aparte de la demora que me ocasionaría tener otro cliente más antes de que me tocara el turno, había otro problema con el anciano, tenía como 200 años y por lo menos haría 198 que no se bañaba. Apestaba como nadie, era una cosa indescriptible. Todas las bacterías de las que haya tenido o no noticias la ciencia, confluían en el cuerpo de ese señor. Yo estaba al borde de la náusea, pero aún tenía fé, tenía fé en que sólo compraría unos pocos gramos de queso y se iría.
Más tarde supe que el caballero, aparte de tener 200 años, debía tener como 200 hijos... compró la charcutería entera... yo empezaba a perder el conocimiento...

Luego que se fue, el aire seguía enrarecido, arrastrándome como pude llegué hasta el mostrador y le pedí al charcutero la única cosa que yo había ido a buscar. La respuesta era obvia: No quedaba.

Después de haber perdido casi la vida ahí, recordé que debía comprar un litro de jugo también. Lo busqué en el anaquel y sacando fuerzas de donde no tenía, fui a la caja a pagarlo. sólo dos funcionaban. En una, el anciano apestoso pagaba los miles de kilos de embutidos y quesos. En la otra una pareja de borrachos cuasi indigentes, pagaban un par de botellas de aguardiente. Como es lógico me decidí por hacer fila detrás de los alcohólicos; como es lógico, también apestaban, pero en menor medida.

Me largué de ahí con la esperanza de no tener que volver en un buen tiempo, pero sé bien que cuando menos lo espere... se me va a terminar el jamón.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Me quedo sin palabras Macglobia.Yo no he sufrido eso aun,pero la cola para pagar siempre es un martirio,sobre todo si hubieras tenido liceístas.A mi me pasó algo parecido en el banco,con un grupito de reguetoneros de mierda.Que desgracia.

Acabo de inaugurar mi nuevo blog "Sabiduría Herética",pásate y comenta cuando gustes.Esta vez,este blog si va en serio,no como el de "El antifilósofo",que fracasó,y tengo un par de actualizaciones en Jedimaster.

Rutas Latinas dijo...

jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja que consuelo, de tontos humanos siempre, el de poder reirse un poco de la desgracia ajena. Gracias.

Julio César dijo...

Ir al supermercado puede resultar, a veces, la peor de las odiseas cotidianas que tenemos que soportar.

Yo -por ejemplo- siempre peleo con los que embolsan la comida. ¿Cómo carajos metes una carne molida con el jabón azul?

Impermisible Macglobia, saludos.

Macglobia dijo...

Jedimaster: Ojalá no tengas que sufrir eso nunca! Me alegra tenerte de nuevo por acá, ya paso a conocer tu nuevo blog. Saludos.

Informal: De nada ;)

Psyju: Tienes toda la razón. No sólo empaquetan el detergente con la carne, sino que además ponen 5625622 cosas en la misma bolsa, que naturalmente... se rompe...

Anónimo dijo...

...de click a link, termine x aquí. Exelentes post. Sere un visitante frecuente.

Nadie esta libre de las contingencias q exigen coexistir con las demas y peor aun si son humanos.
salu2.

Anónimo dijo...

jajaja.. ya se te acabo el jamon? creo que llegue tarde.

Sky dijo...

Nooooooooooo... FUCK!
Ese es mi grito de cuando hago fila x un par de siglos o soporto gente descerebrada, para luego descubrir q mi mision fue inutil.
Totalmente comprendida, jajaja y me reí demasiado.

Saludos!

Macglobia dijo...

Marko: Gracias por el comentario, me alegro que te hayan gustado los post. Te esperamos por acá, saludos.

Loserr: Todavía no...

B.i.t.c.h: ¡Caramba! No te reconocí con el cambio de nick, jeje. Saludos y gracias =)

Anónimo dijo...

Tanto tiempo sin pasar por acá (bueno la verdad, no es que me haya perdido de tantos escritos)y me sigues haciendo reír igual o más que antes, jajaja.


Muy bien sigue así, pequeña. Me diviertes ;)


Bss.
Mar...

Macglobia dijo...

Mar, ¡Estás viva, mujer! Tiempo sin verte por estos lados, saludos. Espero que sigas pasando por acá.