martes, 19 de mayo de 2009

Macglobia en Buenos Aires

Así mismo, me voy mañana. Desde allá, capaz y les escribo algo.

Los que quieran recomendarme sitios para visitar, pueden hacerlo en los comentarios.

Saludos a todos.

viernes, 15 de mayo de 2009

De la homosexualidad y los ignorantes...


No sé si uds compartan mi pensar, pero sé que la mayoría de las personas que frecuenta este blog tiene por lo menos criterio propio, así como la capacidad de razonar ante situaciones como la que se está presentando en el antro donde trabajo (no sé si en otra parte), que realmente me tiene indignada. Resulta que unas personas, en lugar de estar trabajando, se han puesto a recoger firmas en contra de la ley que aprueba el matrimonio gay, el aborto, y la adopción por parte de matrimonios homosexuales. Ah, y si uno estampa su firma está en contra de esas 3 cosas, no es que se puede seleccionar el estar a favor de una u otra (son brutos hasta para eso).



El aborto es un tema delicado y desmenuzado hasta el cansancio, por eso no lo voy ni a tocar. Lo que me enferma es el quererle fastidiar la vida a los homosexuales así, por gusto; me enferma el hecho de que sean personas tan básicas e ignorantes que para ellos la homosexualidad es simplemente "cosas del demonio" (sí, así mismo lo dicen); sin detenerse a pensar en la cantidad de factores (genéticos, sociales, culturales) que influyen en el hecho de que una persona prefiera la compañía sentimental y /o sexual de alguien de su mismo sexo. Para ellos es simplemente ir "en contra de las leyes de Dios"; mas si lo vemos desde el punto de vista religioso, ¿Dios no es infinita bondad y perdón y todas esas babosadas? ¿ Es condenable el hecho de dar y recibir amor por alguien de su mismo sexo cuando no se le está haciendo daño a NADIE?. Y claro, la homosexualidad es pecado (según ellos), pero yo no veo a nadie recogiendo firmas contra el adulterio, y estoy segura de que más de uno de los que andan recogiendo firmas han caído alguna que otra vez en ese tipo de "desliz"...



Y si lo vemos desde el punto de vista político (los que se dan a la tarea de recoger estas firmas a su vez son acérrimos seguidores del socialismo y la revolución mesma)... ¿dónde queda el socialismo que tanto pregonan por todos lados? ¿no es que todos somos iguales y todos tenemos los mismos derechos? ¿ O es que socialismo es simplemente decir que los ricos son malos y los pobres son los buenos de la película? De verdad me deprime demasiado trabajar al lado de personas estudiadas, profesionales, pero cortos de mente, ignorantes de lo que es la tolerancia y la conciencia social. (Sí, porque conciencia social no es ir a pintar una escuela, tomarme una fotico y mandarla por correo a los jefes para que me vean).


No entiendo en qué les afecta que aprueben el matrimonio gay; ¿en qué forma les perturba la vida?, ¿temen lo que sus hij@s puedan aprender?. Pues una noticia: el hecho de que aprueben o no esta ley no va a impedir que su hij@ dé rienda suelta a sus preferencias sexuales, cualquiera que éstas sean. Lo que importa es darles un buen ejemplo en el hogar, inculcarles valores de familia, más de ahí no podemos hacer; ¡ah!, pero muchos papás le enseñan a los niños desde pequeños que está bien tener 10 novias, y aplican sus técnicas de voyeurismo con las mujeres en la calle, e incitan a los niños a que hagan lo mismo. Eso si es un buen ejemplo, verdad?.


Sinceramente, viviendo una sociedad tan terriblemente enferma como esta, prefiero tener un hijo homosexual, gay, loca, queer, o lo que sea, pero que sea una persona íntegra, buena, generosa, desprendida, decente, y sobre todo de mente amplia, capaz de reconocer dónde terminan sus derechos y comienzan los de los demás; eso sería suficiente para hacerme feliz; antes de tener un hijo que pregone "las Leyes de Dios", en un intento desesperado por cubrir sus carencias intelectuales, emocionales o sentimentales.


Conclusión: hoy más que nunca juro por el paka paka que prefiero mil veces que mi hij@ sea homosexual a que sea un demente fanático religioso, llámese católico, cristiano, evangélico, o cualquiera de sus variantes!

Un saludo a todos.

Lo juro por El Paka-Paka

Hace ya muchos años que Tirana y yo asesinamos a un niño, mejor dicho, a un bebé, porque El Paka-Paka apenas si sabría caminar. ¿Se asustaron, verdad? Hacen bien. Aún así sé que están deseando que me deje de preámbulos y cuente cómo matamos al Paka-Paka.

A Tirana y a mí nos habían advertido que jurar "era malo", pero que jurar por Dios, era peor todavía y sí encima jurabas por Dios en vano, te quemabas en la quinta paila del infierno. Aunque si lo hacías en el nombre de alguien más, la persona en cuestión moría.

El detalle es que ni a mí, ni mucho menos a ella, nadie nos creía ni el Padre Nuestro, pues mentíamos a cada rato y por puro gusto. Entonces necesitábamos un mecanismo que nos diera cierta credibilidad, esa herramienta, lógicamente, era hablar siempre bajo juramento. Igual, había que invocar a alguien a la hora de hacerlo, ese asunto no lo resolvimos con facilidad. De hecho, no logro recordar a quien se le ocurrió nombrar al pobre del Paka-Paka.

Creo que fui yo, seguramente porque Tirana me había torcido el brazo o me estaba enterrando las uñas, al tiempo que me decía: "¡Júralo! ¿lo juras? ¿por quién lo juras?" Mientras que yo giraba la vista hacia el televisor encendido y hacia la sentencia fatal: "¡Te lo juro por El Paka-Paka!". Ahora, no sé si lo que juraba en ese momento era cierto o no, así que no es seguro que yo haya sido quien mató al Paka-Paka.

¿Pero quién era el fulano Paka-Paka? Se preguntarán ustedes, con toda razón. Bien, en ese tiempo había un comercial de cereales bastante popular (que lamentablemente no he conseguido en You Tube) donde salía un pequeño que decía un extraño mantra: Epakapaka. El niño empezó a resultarme molesto por dos razones: Porque la cuña la daban a cada rato, interrumpiendo a Los Picapiedra; y porque la gente, idiota al fin, imitaba al enano repitiendo el disparate ése que decía.

¿Fui yo quién mató al Paka-Paka? Pues no sé. Porque a Tirana le agradó la idea de jurar por él y empezamos a hacerlo compulsivamente. Claro que eso no significó en ningún momento que habíamos dejado de lado las mentiras, no, pero jurábamos que decíamos la verdad, en nombre del Paka-Paka.

Como es lógico, pronto llegó el día en que el juramento perdió toda validez y llegamos a la conclusión que el Paka-Paka ya habría muerto, producto de todas las veces que usamos su vida para legitimar nuestros embustes. A estas alturas, ya habíamos contagiado a otros tantos, que hacían lo mismo. Les comunicamos la muerte del Paka-Paka, igual que todo, el rumor se regó como pólvora.

"Lo juro por El Paka-Paka" decía mi primo.
"Entonces es mentira porque El Paka-Paka se murió", contestábamos.

En buena hora, agradezco que en esa época no existiera internet, porque la noticia (falsa como todo lo nuestro) llegó hasta los adultos. Hoy en día seguramente habrían llegado por mails oraciones por el alma del pobre Paka-Paka o alguno habría creado un grupo de Facebook que se llamara "Homenaje al Paka-Paka".

Vale decir que poco tiempo después que asesináramos al Paka-Paka, dejaron de pasar el comercial.



jueves, 14 de mayo de 2009

Héroes cotidianos

Existe un oficio cuya importancia nunca ha sido reconocida lo suficiente y es el de los ascensoristas. Particularmente les tengo un gran respeto y admiración, porque no cualquiera es capaz de pasar varias horas metido en un espacio tan reducido con un montón de extraños entrando y saliendo a cada momento. De hecho, la mayoría de las personas se siente incómoda dentro de un ascensor; por ejemplo, nadie sabe nunca a dónde mirar: Algunos simulan hacer algo con el celular, otros miran al piso, pero casi todos fijan los ojos en los botones o en el indicador de pisos; mientras que rezan mentalmente para que el viaje dure lo menos posible.

Hablando de los botones, al contrario de lo que parece, operarlos no es cosa fácil. Se debe tener memorizada su ubicación exacta y los reflejos necesarios para oprimirlos en el momento indicado, es decir: pulsar "parada" segundos antes que las puertas aplasten los brazos del anciano que trata de entrar en el último minuto. Además, el ascensorista nos libera a todos de tener esas micro-charlas con desconocidos para pedirles que nos marquen el tres o para preguntarles a qué piso van.

Cuando el ascensorista no está, su ausencia se deja sentir. Siempre hay algún animal que se atraviesa justamente donde están los botones y no conforme con eso, se hace el sordo cuando alguien le pide permiso para que se aparte o le indica que marque "sótano dos, por favor". Por supuesto que el infaltable personaje es incapaz de pulsar la parada a tiempo y más de uno sale lesionado.

Otra cosa importante de estos abnegados trabajadores es que conocen de memoria cada recoveco del edificio donde prestan sus servicios. Así que cuando alguna persona se sube al elevador y pregunta en qué piso queda el consultorio de la Dra. Nomeacuerdo o la oficina de la compañía de electricidad, siempre serán capaces de guiar al despistado (nunca comprenderé por qué alguien espera hasta entrar en el ascensor para averiguar dónde queda el sitio al que se dirigen), nuevamente evitándonos a los demás tener que responder.

Por eso, cuando se encuentren con un ascensorista, recuerden este post y trátenlo con la consideración y el respeto que se merecen.

martes, 12 de mayo de 2009

Comentario absurdo del día de hoy

Ánimas de Venezuela es el programa más incoherente y con los peores actores de la televisión nacional. Y lo digo yo, que soy fan de Laura Bozzo.

jueves, 7 de mayo de 2009

Hablando de canciones enfermas (V)

La canción de la que les voy a hablar en este post es una de las piezas infantiles más terroríficas que se han creado hasta nuestros días. El solo hecho de que algún adulto sin oficio sugiriera cantarla en medio de una piñata, plan vacacional o afines era suficiente para provocarme un pánico indescriptible y hacer que comenzara a ubicar algún escondite seguro (generalmente el baño). La canción en cuestión dice como sigue:

La señorita fulana, va entrando en el baile
Que lo baile
Que lo baile

Y si no lo baila
Le doy castigo malo
Que la saque que la saque


Salga usted que la quiero ver bailar
bailar bailar

En Buenos Aires
Déjela sola
sola solita...



Como ustedes sabrán, al cantar esta canción las niñas se colocan en un círculo y la señorita fulana es la primera que sale a bailar en el centro; luego ésta saca a otra de las niñas al tiempo que le cantan: "salga usted, que la quiero ver bailar, bailar bailar" y así sucesivamente hasta que bailan todas las niñas.


Por supuesto que lo aterrador para mí no era la canción en sí, sino todo el performance que la acompañaba. Cuando por desgracia no conseguía esconderme, trataba de permanecer bajo perfil, y cuando el/la sin oficio comenzaba "La señorita..." yo pensaba: "que no diga Tirana, que no diga Tirana!". La verdad es que no recuerdo si alguna vez dijeron mi nombre, y de ser así deben haberme halado los brazos hasta dejarme marcada al más puro estilo del famoso tren de la conga, ícono de las pintorescas horas locas venezolanas.


Y pensándolo unos veintipico de años después, ¿a qué clase de sádico se le ocurre decir que si una niña no baila le va a dar castigo malo? En mi época creo que decían "cuartillo malo"; (si alguien sabe qué es eso, por favor, acláremelo) incluso algún sordo por ahí cantaba "martillo malo". No importa la palabra, el hecho es que la canción amenaza con algo muy malo a la niñita que no baile. Aunque creo que a la mayoría no le importaba mucho este hecho, ya que bailaban sin problemas en el centro, al igual que hoy son fanáticas del tren de la conga (sí, lo odio y qué?), del baile de tambor y de perseguir unas cosas horribles llamadas "parranditas".